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LA DEFORESTACIÓN EN LA AMAZONIA, LA MÁS ALTA DE LOS ÚLTIMOS 10 AÑOS


La deforestación en la Amazonia legal aumentó un 64% en los primeros siete días de mayo de 2020, en comparación con el mismo período en 2019.


Un análisis de los datos del sistema Deter del Inpe revela alertas de deforestación en 261 km2 del bioma hasta el 7 de mayo – el récord más alto del período en los últimos 10 años. En la primera semana de mayo de 2019 hubo alertas para 159 km2.

La deforestación acumulada entre el 1 de enero y el 7 de mayo de 2020 alcanzó una superficie de 1.536 km2, lo que corresponde a la emisión de 74,4 millones de toneladas de CO2. El aumento fue del 65% en comparación con el mismo período en 2019 y más del doble del promedio de los últimos 10 años (678 km2).

Los datos de alerta consolidados mensuales de enero a abril de 2020 indican que al menos el 10% de las zonas deforestadas se encuentran dentro de zonas protegidas (Unidades de Conservación y Tierras Indígenas). En conjunto, estas alertas cubren un área de 125 km2, lo que representa un aumento del 78% en comparación con 2019.

En las Unidades de Conservación (UCs), la superficie bajo alerta de deforestación se duplicó con creces entre enero y abril: era de 105 km2 en 2020, frente a los 40 km2 registrados en 2019. Las UMC con más alertas de deforestación fueron la Zona de Protección Ambiental (APA) Triunfo do Xingu (30,04 km2), el Parque Nacional Acari (18,25 km2), el Bosque Nacional Jamanxim (10,99 km2), la Reserva Extractiva Jaci-Paraná (10,88 km2), la APA Tapajós (7,48 km2) y el Parque Nacional Jamanxim (5,33 km2).
Según Mariana Napolitano, Gerente de Ciencia de WWF-Brasil, las acciones del Gobierno Federal podrían agravar aún más la situación de la deforestación en la Amazonía Legal.

Mientras en el Congreso Nacional algunos diputados intentan bloquear el proyecto de ley 2633, que regula el acaparamiento de tierras, el Ejecutivo está debilitando aún más la gestión y la inspección de las áreas protegidas, con un conjunto de acciones que disminuyen la protección de los ecosistemas brasileños, entre ellas la inoperancia del Fondo Amazonia, la reducción drástica de las acciones de inspección, el despido de empleados y la extinción de puestos de gestión de la UC, reduciendo el mando de los parques, reservas, estaciones ecológicas y APA.

Mariana Napolitano, Gerente de Ciencia de WWF-Brasil

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