En el sur de Chile, una especie vegetal que durante años ha sido considerada una plaga, el chacay (Ulex europaeus), está transformándose en una herramienta clave para la regeneración ecológica. Gracias a la innovación del profesor e ingeniero industrial Rodrigo Navarro, esta planta invasora ahora se convierte en fertilizante orgánico y aserrín biodegradable, reduciendo el impacto ambiental y contribuyendo a la restauración de suelos.
Navarro lidera Rume Chacay, un emprendimiento sustentable que ha desarrollado dos productos principales: Sustrato Compostable Manillo, un abono que mejora la calidad del suelo al fijar nitrógeno y potasio, y Kulliñ Chacay, un aserrín sanitario biodegradable para mascotas, libre de químicos y totalmente compostable.
Más allá del reciclaje, este proyecto integra estrategias de reforestación con especies nativas, talleres educativos sobre conservación y medidas para prevenir incendios forestales. En Puerto Montt, donde la propagación del chacay ha sido intensa, el emprendimiento ha logrado reconocimiento por su impacto en la restauración ecológica y la economía circular.
La historia de Rume Chacay es un ejemplo de cómo la creatividad y el conocimiento pueden convertir un problema ambiental en una solución sostenible y replicable.
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